lunes, 5 de agosto de 2013

06 de agosto de 2013




 Este cuento viene desde 'La Flor del Poroto Negro', unas
cuantas entradas anteriores a la presente.
Viene de un descuido, de una bolsa olvidada en un estante, que encontrada fue vencida y arrojado su contenido al cantero del patio de mi casa.
Todos (exagero, pero se veía así) los porotos negros vencidos de la bolsa olvidada en el estante, germinaron.
De ahí vino la flor, después vino la vaina y más luego, el poroto.












Saqué las vainas de las plantas,




mamá se ocupó en abrir las vainas y
madrugar a los porotos,

que si no eran todos eran muchos,
si no, bastantes. Suficientes.